Entrevista con Arami Ullón, Directora de APENAS EL SOL

Tuvimos la oportunidad de entrevistar a Arami Ullón, directora del documental, Apenas El Sol. Conmovedora y poética, Apenas El Sol toma una mirada íntima a los efectos continuos de la colonización en Latinoamérica. 
Apenas El Sol

 
Sinopsis: “En un intento por preservar su cultura en riesgo de desaparición y reconstruir la memoria de su hogar perdido, Mateo Sobode Chiqueno atraviesa el árido y desolado Chaco paraguayo grabando las historias, canciones y testimonios de otros Ayoreo que, como él, fueron despojados de la selva, perdiendo su territorio ancestral, sus medios de subsistencia, sus creencias y su hogar.”

 

Cuéntame un poco más sobre la película. ¿Cómo decidiste que querías hacer un documental sobre el tema?

Al principio, cuando me encontré con la información de que hasta el día de hoy, personas del pueblo Ayoreo viven sin contacto con la civilización blanca, me impresionó mucho la idea de poder conservar una forma completamente diferente de vida, en contraposición a la vida “civilizada”. Una vida completamente dependiente de la naturaleza circundante. Pero pronto me di cuenta de que esta forma de vida está en constante en peligro. Y empecé a enfocarme en la experiencia de pérdida de esa forma de vida, que significa la pérdida de una conexión muy específica con la naturaleza, la pérdida de una cultura ancestral, y en definitiva, la pérdida del hogar. Ese hogar perdido y la imposibilidad de recuperarlo, fue la motivación para trabajar durante casi siete años en esta película.
Apenas El Sol
¿Cuánto duró la filmación? ¿Cuántas horas de metraje crees que grabaste?
El proceso fue necesariamente largo. La investigación se inició oficialmente en el 2013 y no se detuvo durante todo el proceso de desarrollo, pre producción, rodaje. Incluso continuó durante el trabajo de montaje. La realidad Ayoreo necesita una profunda investigación histórica y teórica, pero también vivencial. Recién en el 2016 se filmó una primera parte de unos 12 días, luego de tres años de investigación. Ese primer rodaje, nos dio la oportunidad de revisar elementos narrativos, visuales y sonoros. Por otro lado, nos permitió entender la geografía de la región del Chaco paraguayo y los desafíos logísticos que tendríamos, así como la importancia de una traducción profesional y precisa durante todos los procesos de la producción y montaje. Todo se hizo paso a paso, y luego de integrar el aprendizaje del primer rodaje del 2016,empezamos a preparar dos periodos´más de rodaje, el de 2018 (seis semanas consecutivas de rodaje) y el de 2019 (otras 4 semanas consecutivas de rodaje). En total tenemos un poco más de cuarenta horas de registro.
Como cineasta, ¿qué momento de la filmación te impactó más como artista y como ser humano?
La conversación entre José Iquebi y Mateo, ambos hombres Ayoreo. Mateo quería confrontar a José en una entrevista porque fue una de las personas que obligó a sus padres a salir del bosque. Ambos murieron como resultado y Mateo se quedó huérfano.  Pero cuando Mateo y José por fin pudieron hablar de ello, fui testigo de que, aunque estaban dolidos y enfadados el uno con el otro, ambos se reconocían como víctimas del mundo occidental que interrumpió sus vidas y cada uno reaccionó a este choque de la manera que pudo para sobrevivir. En esa misma conversación, José Iquebi cuenta también las condiciones de su infancia: sus captores blancos lo exhibían, yendo de pueblo en pueblo, y la gente podía pagar por verlo. Todo esto ocurría en los 60, en los 70. Y, desafortunadamente los indígenas que aún pueden vivir en aislamiento en los bosques chaqueños, están en constante peligro de ser también contactados en contra de su voluntad.
Creo que mucha gente, al menos en Estados Unidos, piensa en la colonización como algo que sucedió hace mucho tiempo, en el pasado, pero es algo que aún continúa destruyendo comunidades y tramautizando profundamente a personas como las que aparecen en Apenas El Sol. ¿Qué mensaje esperas que el público tome de la película? 
Hay un pensamiento bastante generalizado de que la colonización fue un evento en la historia y no un proceso que continúa ocurriendo. En Paraguay, en particular, gran parte de la población no conoce la situación de los pueblos indígenas en profundidad. Algunos sectores ni siquiera de manera superficial. Es, para estos grupos, un lugar hacia donde no se mira. Me gustaría que esa mirada hacia ellos, cuando ocurra, pueda cambiar de ángulo y ya no sea discriminatoria, paternalista o “exotista”, sino que puedan ser percibidos en toda su soberanía. Me gustaría también que otros pueblos del mundo se sientan relacionados con la historia y puedan adueñarse del filme. La situación Ayoreo puede vincularse con las de muchos pueblos en todo el mundo.
Apenas El Sol
¿Que herramientas usaste para generar la confianza de la poblacion? 
Hay factores clave en la construcción de los vínculos. Uno de ellos es haber llegado junto a Mateo por primera vez con gente en la que él confía profundamente. La segunda, al empezar a trabajar con Mateo, fue llegar a otras personas con él. Mateo es un respetado miembro del pueblo Ayoreo, incluso para los que están en disidencia con él. Las personas de las diferentes comunidades conocen a Mateo de toda la vida, y también conocen su trabajo de grabaciones de audio, por lo que no era una situación extraña para los demás protagonistas que Mateo conduzca estas entrevistas con ellos, ya que lo viene haciendo desde finales de los años 70. 
Y una de las claves más importantes, es haber compartido con ellos por períodos a lo largo de años, sin filmar. Un tiempo que utilicé en escuchar, observar, aprender. No se podría haber hecho esta película sin esos procesos de profunda investigación.

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